domingo, 30 de enero de 2011



Fue genial, brutal, inexplicable, irrepetible. Fue mejor que el chocolate antes de irte a dormir, que una fresa roja con nata, que un helado de madrugada, que una piruleta con forma de corazón. Mejor que las noches de fiesta, que un concierto en agosto, que un diez en junio.
Más bonito que un atardecer de otoño, que un septiembre bajo el mar, que una tarde de risas, que el mejor recuerdo, que el mas bello final. Fue aún más romántico que un beso bajo la lluvia, que un paseo por la playa, que ver nevar, que oír llover.

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